El Festival Fronteras 2025, este año celebrado del 28 al 31 de mayo en Les Arts de València, se ha dejado seducir por las Cápsulas de poesía y música que los cuatro artistas acompañados por Lalenta Management, y organizados alrededor de Vociferio, han lanzado al público.
El festival celebra la hibridez de géneros entre poesía y música, eternamente unidas pero diferentes, como el musgo y la roca, y vinculadas desde las antigüedades más lejanas, antes que el Ditirambo o la canción de cuna… Las piezas, de aproximadamente diez minutos de duración, actuaron como una ducha bajo la cascada; refrescaron al espectador y le devolvieron al lugar que estaba ocupando, es decir, la propia frontera que propone el festival y que delimita un lugar de otro.
El jueves 29 de mayo, y a pesar del inconveniente de que los técnicos de luces y sonido realizaban huelga de trabajo por causas más que legítimas, Gustavo Giménez utilizó su minimalista livelooping para crear paisajes sonoros envolventes que sugerían la entrada a una suerte de progresivo estado mántrico. En diálogo con su estación de loop, su voz y la eléctrica corporalidad que emanaba, creó un profundo paisaje arbóreo desde el cual el flexible David Silvestre se colgaba y ejecutaba sus versos, interpelándose uno a otro en el acto. Así sucedió con Elsa Moreno, la misma tarde, hora después. La poeta multidisciplinar también dosificó poesía con su cuerpo en movimiento, además de con sus versos.
El siguiente día, viernes 30 de mayo, Gustavo reaparecía en el Palau, esta vez acompañado de Víctor Benavides para cerrar las cápsulas que Vociferio dejaba en el paladar de Fronteras. Esta vez la improvisación tomó el poder e hizo lo propio: dejar que el cuerpo hablara por sí mismo e interpretara sus resonancias mezcladas con los versos, como mezclando vigilia y sueño, pero sin necesidad de hallar el método definitivo.
Agradecemos a Fronteras en colaboración con La Fábrica por su acogida e invitación y esperamos volver a encontrarnos muy pronto aquí o allá.
Foto de Álvaro Rabadán.